En
Nueva Zelanda, un hombre que se encontraba navegando en
internet, se topó con un
anunció que informaba que una
granja estaba a punto de
cerrar, por lo que ponía en
venta a sus
gallinas a través de una
subasta.
Ante esto Morrow decidió no pasar la oportunidad, por lo que le ofreció al dueño la cantidad que se pedía (1.50) dólares.
De inmediato el propietario se puso en contacto con Morrow, para decirle que podía pasar por sus mil aves. Palabras que pusieron a temblar al comprador, pues él pensó que por menos de dos dólares había adquirido a una sola gallina, no a 1000, ya que el anuncio estaba un tanto confuso.
En su desesperación el sujeto optó por ofrecer las gallinas en sus redes sociales. Por fortuna muchas personas lo contactaron.
Hasta el momento ya le quedan 300 ejemplares.
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