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En un día pasó de tener 12 a 18 años, pues le dieron una credencial de elector falsa.
Espectáculos México
23 de Junio del 2016 por Texto y Mario Manterola y TVNotas / Foto:

Sobreviviente de la trata relata: ¡Desde los 12 años fui obligada a prostituirme!

Mujer contó su desgarradora historia y el infierno que vivió por explotación sexual.

Las Naciones Unidas indican que la trata de personas es el segundo delito más lucrativo y cometido en México y el mundo. Detrás de esa falsa seducción y sexo fácil hay miles de historias de sueños truncados por la crueldad, perversión e indiferencia de una sociedad que prefiere ignorar o juzgar a las chicas, antes de pensar que ellas están gritando por ayuda.
Resultan ser decenas, cientos, miles de mujeres, desde las muy jovencitas hasta las demasiado maduras que se ofrecen esperando que alguien compre por unos minutos sus cuerpos. Unidos contra la Trata, organización civil especializada en el tema en México, calcula que nueve de cada diez prostitutas están en las calles obligadas por un tercero, y que es una minoría las que lo hacen por gusto.
Karla Jacinto tiene 24 años y durante su adolescencia vivió cuatro años en el mundo de la prostitución, rodeada de tacones altos, faldas cortas, escotes pronunciados y maquillaje recargado, lo cual disimulaba la sonrisa forzada que tenía que mostrar a sus clientes.
¿Cómo fue que te engancharon?
"Al entrar a la secundaria comencé a andar con una bandita afuera del Metro Pino Suárez. Un día nadie llegó y me quedé ahí, esperando solita, hasta que apareció un chavo y me preguntó mi nombre".
"Me atrajo que me contara de su vida, me dijera que tenía problemas en su casa, que quería hacer muchas cosas y no se hallaba en la vida. Me dio su teléfono y le hablé días después. Me invitaba a salir, pero no podía salirme de mi casa, pues mi mamá se enojaba. Me invitó a Puebla, nos íbamos a ir en un coche y regresaríamos el mismo día".
¿Qué sucedió en Puebla?
"No llegamos nunca, fue a Zacatelco, Tlaxcala, y en camión. Al estar en ese lugar le habló a su hermano, para que nos fuera a recoger en un Trans Am rojo del año, y al verlo mis ojos brillaron, porque nunca había visto un auto tan lujoso. Me subí y me sentí soñada, hasta que llegamos con sus primos, quienes ya sabían todo de mi persona, sin conocerme. Me dijeron que el chavo estaba enamorado de mí y quería casarse conmigo. Cuando me di cuenta eran las 10:30 de la noche, y regresé a mi casa hasta las 2 de la mañana. Mi madre me gritó de todo, con groserías y no me abrió; me corrió a golpes, y al día siguiente me fui con él".
¿Cuándo y cómo comenzó la explotación?
"Pasamos tres meses bien, en los que me compró ropa, me dio de comer y me traía para todos lados, hasta que me comentó que tendría que trabajar. Dije que sí, pensando en que vendería cosas o haría de comer. Él me dijo que estaría en la prostitución".
¿Tu primer día en un prostíbulo cómo fue?
"En un día pasé de tener 12 a 18 años, pues me sacaron una credencial de elector falsa. La primera vez que entré a un prostíbulo, me dio miedo. Fue en Guadalajara, llegamos a un tianguis y pensaba que iba a ser tianguista, hasta que me metieron a un hotel, me encerraron en un cuarto y una de las chavas me enseñó cómo poner un condón".
¿Nunca pensaste en pedir ayuda?
"Me enseñaron a decir que hacía eso porque me gustaba y me llenaron de miedo. Él me amenazó, me dijo que si no obedecía iba a matar a todos en mi casa. Varias veces me puso la pistola en la cabeza, siempre andaba tomado y me pegaba. Nadie te oye gritar. Así aprendí a obedecer y a decir que sí".
¿Esos días cómo eran?
"Al día atendía un mínimo de 20 clientes, desde el comerciante informal hasta el abogado. Para soportar el castigo, tanto físico como mental, cerraba los ojos para evitar ver lo que los clientes me hacían a cambio de unos pesos. Haciendo cuentas, creo que en esos cuatro años estuve con más de 30 mil hombres que me violaron".
¿Durante todo ese tiempo nunca intentaste escapar?
"Me embaracé a los 13, aborté, y me volví a embarazar. A los 15 tuve una niña y el padrote me la quitó, la usaba para retenerme".
¿Y cómo escapaste?
"Conocí a un cliente en Puebla, que más que eso fue un amigo, el cual tuvo el valor de pagar, pero no para tener sexo, fue para platicar. Al principio lo traté mal, porque desconfiaba de todos, aunque con el tiempo vi que no tenía nada que perder, ya no contaba con ilusiones, y él me las regresó".
¿Exactamente qué hiciste?
"Al padrote le dieron un balazo en la pierna, por un problema con otros, así que le dio mamitis y se fue a Puebla con su mamá unos días. Aproveché la confianza que había ganado para pedirle que me dejara a la niña, y me diera chance de ir a mi casa. Me puso la condición de que si en una semana le juntaba 15 mil pesos me dejaba ir. Mi amigo puso la mitad y yo la otra, de esa forma me dejó hacerlo, aunque con la amenaza de buscarme y hacerme mucho daño si no volvía".
¿Hoy cómo vives el día a día?
"Tengo miedo y desconfío de la gente, pero ya aprendí a entender que no puedo vivir todo el tiempo mirando al pasado y temiendo de todo, aunque el hombre que me explotó siga prófugo, y su amenaza de encontrarme y vengarse por haber escapado siga vigente".
Como ella hay miles de jovencitas que viven entre lágrimas, retenidas y golpeadas, y la única diferencia con Karla es que pudo escapar gracias a que uno de sus clientes se enamoró de ella y la ayudó a enfrentar sus miedos.
ACV
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