A cinco años de haber iniciado un proceso para superar el alcoholismo, Roberto Sosa, de 48, se encuentra más unido que nunca a su familia. Hace unos días, acudió a la obra de teatro "La casa de Bernarda Alba", en la que su mamá, Evangelina Martínez, participa, y ahí nos contó cómo va su lucha contra su adicción, de sus proyectos y de su hija Vaita, quien aunque lleva el talento en la sangre, decidió romper con la tradición familiar y no dedicarse a la actuación.
-Dinos, ¿cómo vas con tu etapa de papá, ahora que tu hija ya tiene 19 años?
"Ahora sí que muy padre (ríe); esta etapa es espléndida y mi hija está bellísima".
-¿Eres un papá celoso?
"La verdad no; respeto mucho su intimidad y mejor procuro estar cerca de ella para guiarla y responder las dudas que pueda tener sobre lo que sea. Los celos no son lo mío, para mí son sentimientos cavernarios, mejor aplico eso de: ‘Vive y deja vivir’ y así todos en santa paz".
-Viene de una familia dedicada a la actuación, ¿quiere seguir sus pasos?
“Diría que a su modo. Vaita canta divino, toca el piano estupendo y ha hecho comedia musical, y lo hizo muy bien, pero ella seguirá su propio camino. Tiempo después de que hizo un musical, me dijo: ‘Papá, me gusta mucho la actuación, pero me doy cuenta de que me gusta porque mi mamá (Vanessa Ciangherotti), mis abuelos y tú se dedican a ello, pero no es lo mío’. Para ella, ahorita hay otras prioridades y está concentrada en su carrera de Comunicación, componiendo música, trabajando y con sus amigas y amigos".
-¿A qué piensa dedicarse?
"Me dijo que le dará por el guionismo o por la producción de cine, pero creo que tiene muy claro que la actuación no es... al menos por ahora".
-¿No descartas que cambie de idea?
"Ahora ella tiene claro eso, pero no sabemos adónde la pueda llevar la vida y qué decisiones va a terminar tomando. Ya pisó el escenario, sintió la adrenalina, la emoción de estar haciendo un personaje, cantando, y lo disfrutó mucho y lo hace muy bien; lo que haga siempre la vamos a apoyar, querer y respetar. Que decida lo que mejor le convenga y esté donde se sienta a gusto".
A cinco años de haber iniciado un proceso para superar el alcoholismo, Roberto Sosa, de 48, se encuentra más unido que nunca a su familia. Hace unos días, acudió a la obra de teatro "La casa de Bernarda Alba", en la que su mamá, Evangelina Martínez, participa, y ahí nos contó cómo va su lucha contra su adicción, de sus proyectos y de su hija Vaita, quien aunque lleva el talento en la sangre, decidió romper con la tradición familiar y no dedicarse a la actuación.
-Dinos, ¿cómo vas con tu etapa de papá, ahora que tu hija ya tiene 19 años?
"Ahora sí que muy padre (ríe); esta etapa es espléndida y mi hija está bellísima".
-¿Eres un papá celoso?
"La verdad no; respeto mucho su intimidad y mejor procuro estar cerca de ella para guiarla y responder las dudas que pueda tener sobre lo que sea. Los celos no son lo mío, para mí son sentimientos cavernarios, mejor aplico eso de: ‘Vive y deja vivir’ y así todos en santa paz".
-Viene de una familia dedicada a la actuación, ¿quiere seguir sus pasos?
“Diría que a su modo. Vaita canta divino, toca el piano estupendo y ha hecho comedia musical, y lo hizo muy bien, pero ella seguirá su propio camino. Tiempo después de que hizo un musical, me dijo: ‘Papá, me gusta mucho la actuación, pero me doy cuenta de que me gusta porque mi mamá (Vanessa Ciangherotti), mis abuelos y tú se dedican a ello, pero no es lo mío’. Para ella, ahorita hay otras prioridades y está concentrada en su carrera de Comunicación, componiendo música, trabajando y con sus amigas y amigos".
-¿A qué piensa dedicarse?
"Me dijo que le dará por el guionismo o por la producción de cine, pero creo que tiene muy claro que la actuación no es... al menos por ahora".
-¿No descartas que cambie de idea?
"Ahora ella tiene claro eso, pero no sabemos adónde la pueda llevar la vida y qué decisiones va a terminar tomando. Ya pisó el escenario, sintió la adrenalina, la emoción de estar haciendo un personaje, cantando, y lo disfrutó mucho y lo hace muy bien; lo que haga siempre la vamos a apoyar, querer y respetar. Que decida lo que mejor le convenga y esté donde se sienta a gusto".