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“Mi mamá y yo nunca fuimos amigas, nunca fuimos empáticas, pero la amaba mucho y la admiraba más”, nos dijo la actriz desconsolada por el repentino fallecimiento de su madre hace casi 2 meses.
Espectáculos México
22 de Enero del 2020 por Gil Huerta / Foto: Luis Pérez/ TV Notas

Lolita Cortés no encuentra consuelo tras la muerte de su mamá

Mi mamá y yo nunca fuimos amigas, nunca fuimos empáticas, pero la amaba mucho y la admiraba más”, nos dijo la actriz desconsolada por el repentino fallecimiento de su madre hace casi 2 meses.
El 23 de noviembre, para Lolita Cortés, de 49, marca un antes y un después, ya que ese día su madre, doña Lola Jiménez, murió mientras dormía en su casa a los 75 años, y a partir de ese día, para La Reina de la Comedia Musical nada ha sido igual.
 
Luis Pérez
 
-Lolita, inicias 2020 después de un cierre muy fuerte, ¿cómo estás?
“Viviendo un día a la vez. Han sido días duros, de muchos sentimientos; en las pasadas fiestas decembrinas, me hizo mucha falta, pero bueno, trato de tomar las cosas de la mejor manera, aunque hay días que me tumba. Mi madre era mi amiga, mi compañera, llevábamos varios meses viviendo solas, entonces no verla, no sentirla, me pega, y mucho, no puedo con la soledad”.
 
 
-Era una gran mamá...
“Yo no sé si cumplí sus expectativas, sólo espero no haber sido tan mala hija (rompe en llanto). Mi mamá y yo nunca fuimos amigas, tuvimos que serlo porque nos quedamos solas; con la muerte de mi tía Mary (hermana de la señora), tuvimos que ser amigas porque ella nunca se recuperó de esa muerte; traté de ocupar ese lugar, pero no lo logré, y como le dije a mi hija, no somos amigas por decisión, sino porque tenemos que serlo. Lo que más me dolía es que a veces ella no encontraba con quién hablar de sus cosas y yo no sabía qué conversar con ella. Me habría gustado que fuéramos más empáticas, porque nunca lo fuimos, pero la amaba mucho y la admiraba más”.
 
Luis Pérez
 
-Pero siempre estuvieron juntas...
“Eso lo entendí cuando mis hijos se fueron de la casa. Ahora duele llegar a una casa sola, se sufre demasiado, pues ya no está ahí para hablarle, para pelearnos si tú quieres, pero estaba”.
 
 
-¿No has pensado en recurrir a una terapia o con un tanatólogo para que te ayude a entender este proceso?
“No lo sé. Sé que mi madre está en un lugar mejor, ya que durante un año me la pasé con los doctores, pues pensaba que mi madre tenía Alzheimer, pero no era para que de un día para el otro se me fuera. Es un proceso muy fuerte, ya no la puedo abrazar ni escuchar; son cosas que no se asimilan de la noche a la mañana; hay días que no quiero ni levantarme de la cama de lo mal que me siento; este sentimiento no se lo deseo a nadie”.
 
Luis Pérez
 
-De todo se aprende y, sobre todo, se aprende a vivir con el dolor...
“Eso sí, ahora que estoy sola, me he encontrado con muchas cosas nuevas para mí, porque mi mamá se encargaba de hacer el súper, de la cocina, de lavar; ahora me doy cuenta de que soy una inútil (ríe), pero es algo que tengo que resolver, y es que además yo nunca había estado sola”.
 
 
-Siempre has vivido con alguien...
“¡Exacto! Es la primera vez que vivo sola y no lo había entendido hasta hace poco”.
 
Luis Pérez
 
-Tienes dos hijos, un nieto, y eso vale mucho...
“Sí, mis hijos no me han soltado, pero tampoco puedo pedirles que estén a mi lado las 24 horas; ellos ya tienen una vida y la respeto. Esto es más personal, pero bueno, vamos poco a poco”.
 
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