La semana pasada, quien fue la primera esposa de Eduardo Videgaray, de 51 años, la señora Rachel Warrington, también de 51, nos contó que su
matrimonio no fue de lo mejor, y que, según ella, Eduardo es un hombre agresivo. Ante esto, el conductor y su futura esposa, Sofía Rivera, de 28, dan la cara:
-Eduardo y Sofía, gracias por querer hablar con nosotros y aclarar la situación en la que tú, Lalo, te viste envuelto...
Eduardo (E): “Fue un golpe bajo, pero ya lo esperábamos, porque como se lo dije a Sofía, cuando buscamos a Rachel podríamos abrir una caja de pandora. Pero aquí estamos dando la cara y aclarando esto”.
-¿Cómo tomaron esto?
E: “Nosotros ahorita estamos planeando unir nuestras vidas, estamos muy felices y viendo al futuro, pero sí fue un mal trago; aunque también ha sido muy bonito para mí, porque fue una oportunidad de conocer aún más a Sofía y su apoyo incondicional, su cariño, estoy muy agradecido con eso”.
Sofía (S): “Ojalá que sea la última de estas pruebas para demostrar mi carácter, por favor (ríe). Fue un golpe muy bajo. Eduardo me advirtió que podría pasar esto desde que le pedí que la contactara para la anulación, y la verdad es que no le creía que pasara esto”.
-Fueron 20 años en que nunca tuviste un contacto con ella, ¿por qué actuó así?
E: “Te tendría que contar la historia completa, y si te parece, me arranco: Sofía y yo tenemos la ilusión de casarnos, ella nunca se ha casado y yo me casé por la Iglesia con esta mujer hace 26 años, y nos divorciamos hace 20. Como nunca tuvimos hijos, nunca nos volvimos a ver, nunca supe nada de ella y pensé: ‘Quizás podría anular mi matrimonio religioso y casarme con Sofía; para ello investigué cómo se lleva a cabo una anulación, me asesoré con un abogado canónico y me dijeron que sí se puede, que solamente, como cualquier otro juicio, no se puede juzgar a otra persona sin notificarle”.
Ve: Ex de Eduardo Videgaray advierte a su prometida: me golpeaba
-¿Como un divorcio?
E: “No, es un juicio que lleva a cabo la Iglesia y ésta decide si concede o no la anulación, pero se le tenía que notificar a Rachel, y para eso yo necesitaba contactarla. Traté de comunicarme con ella, no contestaba y pensé: ‘Han pasado tantos años, que a lo mejor su correo ya no es’; entonces, por una amiga suya le dije que la andaba buscando y su amiga me contestó: ‘Está enojada contigo, porque hablaste de ella cuando estuviste en Big brother’, pero yo lo único que dije fue: ‘Soy felizmente divorciado; mi divorcio me marcó y me hizo replantearme qué quería hacer con mi realidad’”.
-Pero eso tiene mucho tiempo, ¿no?
E: “Yo estuve en Big brother en 2004. Pero bueno, le dije: ‘Por favor, hazle llegar este mensaje’, ella fue quien me ayudó, y es el mensaje que ustedes publicaron; de hecho, pensé que a esta mujer le iba a dar gusto, porque además es atea. El problema es que lo malentendió y pensó que tenía que concederme la nulidad, y optó por extorsionarme, me empezó a pedir dinero, me decía: ‘Yo te concedo la nulidad’, pero me aclaró que tenía que darle 35 mil dólares... ¡por favor, está mal! Ahí empecé a dejar de contestarle y comenzó a subir y a subir hasta un millón de dólares (más de 20 millones de pesos), y vinieron los ataques”.
-Pero además, ¿cómo se atreve a dar un juicio, mediante una red social?
S: “Cabe recalcar que en algún momento Eduardo dijo: ‘Bueno, si me está pidiendo dinero y está tan ardida de lo que sucedió hace 20 años, probablemente la esté pasando mal, y llegamos a considerar ayudarla’”.
E: “Entonces dejé de contestarle y ella empezó a atacarnos en redes sociales. Después vino a amenazarme que si yo no le daba el dinero, iba a impedir nuestro matrimonio, que nos iba a excomulgar”.
-Órale, ¿a poco tiene un poder eclesiástico?
E: “Todos estos mensajes los tengo y se los doy, para que vean quién miente aquí. Cuando empezó a atacarme, a nosotros, al programa, a los amigos, decidimos mejor ignorarla. Pero con lo que no contaba es que me iba a acusar de un delito. Todo lo que dice de mis épocas de drogadicción y de parranda, siempre lo he dicho en todos lados toda mi vida y me siento orgulloso de haber dejado ese pasado”.
-Así es, nunca lo has negado...
E: “Pero quiero ser tajante en el tema del delito que se me achaca de violento; siempre he defendido a las mujeres, no soy una persona violenta, tengo una hija a quien le quiero dar el mejor ejemplo y nunca he tenido problema de violencia física. Esto es una calumnia que está lanzando porque se ilusionó de que nos iba a sacar dinero y se dio cuenta de que no”.
-¿Te molestó que expresara cosas de este tipo, sobre que la agrediste?
E: “La calumnia y la extorsión son dos delitos y en estos momentos estamos evaluando las acciones legales que vamos a tomar, porque no lo podemos dejar así”.
-Pero comentas que las drogas los unían, las fiestas y ese estilo de vida, ¿será acaso que ella malinterpretó algo como una agresión?
E: “Es que no se confundió, está inventando. Soy una persona sumamente pacífica, un promotor de la no violencia”.
S: “Yo sí meto las manos al fuego, pues en la vida he visto a Eduardo ponerse ni un poquito agresivo. Y la verdad, me siento culpable portodo este des$%&#$, porque tengo la ilusión de que mi única abuela que me queda, Lulú, de 91 años, me vea vestida de novia en un altar y le quiero cumplir este último deseo”.
-Pero, si no da la firma, ¿qué pasará?
S: “Entrarán a un juicio y todo eso se alargará para la boda”.
E: “Ya averigüé la dirección de ella y ya se la pasé a los abogados para que la anexen al expediente; la investigué en internet y ahora sólo es esperar el proceso que lleva la Iglesia. No sabemos cuánto hay que esperar”.
-Retomando el tema de la extorsión, ¿hasta qué grado llegó esta mujer?
E: “Lo último que pidió, y que ya le dije que estaba mal, es que nos pedía seis ceros, o sea, un millón de dólares. Es una persona que no tiene contacto con la realidad”.
-¿Y así fue siempre?
E: “La verdad es que sí, pero yo estaba tan drogado, que me ape#Ç&%$ y no me di cuenta en esos años”, finalizó.
Ve también: Así le pidió matrimonio Eduardo Videgaray a Sofía Rivera Torres
La semana pasada, quien fue la primera esposa de Eduardo Videgaray, de 51 años, la señora Rachel Warrington, también de 51, nos contó que su
matrimonio no fue de lo mejor, y que, según ella, Eduardo es un hombre agresivo. Ante esto, el conductor y su futura esposa, Sofía Rivera, de 28, dan la cara:
-Eduardo y Sofía, gracias por querer hablar con nosotros y aclarar la situación en la que tú, Lalo, te viste envuelto...
Eduardo (E): “Fue un golpe bajo, pero ya lo esperábamos, porque como se lo dije a Sofía, cuando buscamos a Rachel podríamos abrir una caja de pandora. Pero aquí estamos dando la cara y aclarando esto”.
-¿Cómo tomaron esto?
E: “Nosotros ahorita estamos planeando unir nuestras vidas, estamos muy felices y viendo al futuro, pero sí fue un mal trago; aunque también ha sido muy bonito para mí, porque fue una oportunidad de conocer aún más a Sofía y su apoyo incondicional, su cariño, estoy muy agradecido con eso”.
Sofía (S): “Ojalá que sea la última de estas pruebas para demostrar mi carácter, por favor (ríe). Fue un golpe muy bajo. Eduardo me advirtió que podría pasar esto desde que le pedí que la contactara para la anulación, y la verdad es que no le creía que pasara esto”.
-Fueron 20 años en que nunca tuviste un contacto con ella, ¿por qué actuó así?
E: “Te tendría que contar la historia completa, y si te parece, me arranco: Sofía y yo tenemos la ilusión de casarnos, ella nunca se ha casado y yo me casé por la Iglesia con esta mujer hace 26 años, y nos divorciamos hace 20. Como nunca tuvimos hijos, nunca nos volvimos a ver, nunca supe nada de ella y pensé: ‘Quizás podría anular mi matrimonio religioso y casarme con Sofía; para ello investigué cómo se lleva a cabo una anulación, me asesoré con un abogado canónico y me dijeron que sí se puede, que solamente, como cualquier otro juicio, no se puede juzgar a otra persona sin notificarle”.
Ve: Ex de Eduardo Videgaray advierte a su prometida: me golpeaba
-¿Como un divorcio?
E: “No, es un juicio que lleva a cabo la Iglesia y ésta decide si concede o no la anulación, pero se le tenía que notificar a Rachel, y para eso yo necesitaba contactarla. Traté de comunicarme con ella, no contestaba y pensé: ‘Han pasado tantos años, que a lo mejor su correo ya no es’; entonces, por una amiga suya le dije que la andaba buscando y su amiga me contestó: ‘Está enojada contigo, porque hablaste de ella cuando estuviste en Big brother’, pero yo lo único que dije fue: ‘Soy felizmente divorciado; mi divorcio me marcó y me hizo replantearme qué quería hacer con mi realidad’”.
-Pero eso tiene mucho tiempo, ¿no?
E: “Yo estuve en Big brother en 2004. Pero bueno, le dije: ‘Por favor, hazle llegar este mensaje’, ella fue quien me ayudó, y es el mensaje que ustedes publicaron; de hecho, pensé que a esta mujer le iba a dar gusto, porque además es atea. El problema es que lo malentendió y pensó que tenía que concederme la nulidad, y optó por extorsionarme, me empezó a pedir dinero, me decía: ‘Yo te concedo la nulidad’, pero me aclaró que tenía que darle 35 mil dólares... ¡por favor, está mal! Ahí empecé a dejar de contestarle y comenzó a subir y a subir hasta un millón de dólares (más de 20 millones de pesos), y vinieron los ataques”.
-Pero además, ¿cómo se atreve a dar un juicio, mediante una red social?
S: “Cabe recalcar que en algún momento Eduardo dijo: ‘Bueno, si me está pidiendo dinero y está tan ardida de lo que sucedió hace 20 años, probablemente la esté pasando mal, y llegamos a considerar ayudarla’”.
E: “Entonces dejé de contestarle y ella empezó a atacarnos en redes sociales. Después vino a amenazarme que si yo no le daba el dinero, iba a impedir nuestro matrimonio, que nos iba a excomulgar”.
-Órale, ¿a poco tiene un poder eclesiástico?
E: “Todos estos mensajes los tengo y se los doy, para que vean quién miente aquí. Cuando empezó a atacarme, a nosotros, al programa, a los amigos, decidimos mejor ignorarla. Pero con lo que no contaba es que me iba a acusar de un delito. Todo lo que dice de mis épocas de drogadicción y de parranda, siempre lo he dicho en todos lados toda mi vida y me siento orgulloso de haber dejado ese pasado”.
-Así es, nunca lo has negado...
E: “Pero quiero ser tajante en el tema del delito que se me achaca de violento; siempre he defendido a las mujeres, no soy una persona violenta, tengo una hija a quien le quiero dar el mejor ejemplo y nunca he tenido problema de violencia física. Esto es una calumnia que está lanzando porque se ilusionó de que nos iba a sacar dinero y se dio cuenta de que no”.
-¿Te molestó que expresara cosas de este tipo, sobre que la agrediste?
E: “La calumnia y la extorsión son dos delitos y en estos momentos estamos evaluando las acciones legales que vamos a tomar, porque no lo podemos dejar así”.
-Pero comentas que las drogas los unían, las fiestas y ese estilo de vida, ¿será acaso que ella malinterpretó algo como una agresión?
E: “Es que no se confundió, está inventando. Soy una persona sumamente pacífica, un promotor de la no violencia”.
S: “Yo sí meto las manos al fuego, pues en la vida he visto a Eduardo ponerse ni un poquito agresivo. Y la verdad, me siento culpable portodo este des$%&#$, porque tengo la ilusión de que mi única abuela que me queda, Lulú, de 91 años, me vea vestida de novia en un altar y le quiero cumplir este último deseo”.
-Pero, si no da la firma, ¿qué pasará?
S: “Entrarán a un juicio y todo eso se alargará para la boda”.
E: “Ya averigüé la dirección de ella y ya se la pasé a los abogados para que la anexen al expediente; la investigué en internet y ahora sólo es esperar el proceso que lleva la Iglesia. No sabemos cuánto hay que esperar”.
-Retomando el tema de la extorsión, ¿hasta qué grado llegó esta mujer?
E: “Lo último que pidió, y que ya le dije que estaba mal, es que nos pedía seis ceros, o sea, un millón de dólares. Es una persona que no tiene contacto con la realidad”.
-¿Y así fue siempre?
E: “La verdad es que sí, pero yo estaba tan drogado, que me ape#Ç&%$ y no me di cuenta en esos años”, finalizó.
Ve también: Así le pidió matrimonio Eduardo Videgaray a Sofía Rivera Torres