Con una notoria alegría es como captamos a la joven actriz y cantante, Lis Vega, de 36 años, saliendo de un restaurante muy bien acompañada de su esposo, Mauro Riveros, de 31, y unas amigas, donde al parecer traía ¡unas copas de más!
Y es que además de verse hermosa, podemos pensar que la escultural estaba notoriamente bajo los síntomas del alcohol, pero a pesar de esto la cubana no perdió el estilo, y se cuidó a todo momento de no caerse sujetándose de Mauro, y posteriormente de sus acompañantes, a quienes no dejaba de sonreír.
También vimos lo enamorada que está, ya que ni por un segundo dejó solo a esposo, de quien sólo recibió abrazos y cuidados, para que la guapa cantante no tuviera un accidente.
El episodio más chistoso de la noche, fue al momento de irse. Lis perdió un poco el equilibrio, sujetándose de sus acompañantes para no resbalar; y además de ver lo divertida que andaba la protagonista de 'Mi verdad', notamos el cuerpazo y la gran retaguardia que posee, cubiertos en un vestido ajustado blanco, los cuales seguramente dejaron a más de uno con la boca abierta.
DRC
Con una notoria alegría es como captamos a la joven actriz y cantante, Lis Vega, de 36 años, saliendo de un restaurante muy bien acompañada de su esposo, Mauro Riveros, de 31, y unas amigas, donde al parecer traía ¡unas copas de más!
Y es que además de verse hermosa, podemos pensar que la escultural estaba notoriamente bajo los síntomas del alcohol, pero a pesar de esto la cubana no perdió el estilo, y se cuidó a todo momento de no caerse sujetándose de Mauro, y posteriormente de sus acompañantes, a quienes no dejaba de sonreír.
También vimos lo enamorada que está, ya que ni por un segundo dejó solo a esposo, de quien sólo recibió abrazos y cuidados, para que la guapa cantante no tuviera un accidente.
El episodio más chistoso de la noche, fue al momento de irse. Lis perdió un poco el equilibrio, sujetándose de sus acompañantes para no resbalar; y además de ver lo divertida que andaba la protagonista de 'Mi verdad', notamos el cuerpazo y la gran retaguardia que posee, cubiertos en un vestido ajustado blanco, los cuales seguramente dejaron a más de uno con la boca abierta.
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