Quien nos comprobó que los milagros existen fue Leonardo Farías, de 7 años, quien finalmente salió del hospital después de haber estado en terapia intensiva por haber quedado bajo los escombros de su escuela el pasado 19 de septiembre.
-Leo, ¡qué gusto verte en casa!, ¿recuerdas algo de ese día?
“Estaba en mi clase de inglés y entonces vimos que se empezó a mover el piso, y nos pidieron que nos bajáramos rápido”.
-¿Y sí bajaste del salón?
“Sí, iba en las escaleras con mis compañeros y me dio mucho miedo, porque de repente me cayó un pedazo del techo”.
-¿Escuchaste algo?
“En ese instante nada; hay cosas que todavía no recuerdo, todo pasó muy rápido”.
-¿Qué ocurrió cuando estabas bajo los escombros?
“Vi un vestido azul (se refiere al vestido que usa la Santa Muerte que tienen en su casa) y me sentí más confiado”.
-¿Le pediste algo a la Santa Muerte?
“No, sólo pensaba en mis hermanos”.
Quien nos comprobó que los milagros existen fue Leonardo Farías, de 7 años, quien finalmente salió del hospital después de haber estado en terapia intensiva por haber quedado bajo los escombros de su escuela el pasado 19 de septiembre.
-Leo, ¡qué gusto verte en casa!, ¿recuerdas algo de ese día?
“Estaba en mi clase de inglés y entonces vimos que se empezó a mover el piso, y nos pidieron que nos bajáramos rápido”.
-¿Y sí bajaste del salón?
“Sí, iba en las escaleras con mis compañeros y me dio mucho miedo, porque de repente me cayó un pedazo del techo”.
-¿Escuchaste algo?
“En ese instante nada; hay cosas que todavía no recuerdo, todo pasó muy rápido”.
-¿Qué ocurrió cuando estabas bajo los escombros?
“Vi un vestido azul (se refiere al vestido que usa la Santa Muerte que tienen en su casa) y me sentí más confiado”.
-¿Le pediste algo a la Santa Muerte?
“No, sólo pensaba en mis hermanos”.