Elena Larrea es una mujer modelo en más de un sentido. Desde hace un año, esta influencer emprendió la noble labor de salvar caballos, burros y mulas que eran explotados y maltratados en trabajos de carga. Con sus propios recursos fundó un santuario para caballos, único en el mundo, que se llama Cuacolandia y se encuentra en Puebla, México. Elena nos recibió en su granja para platicarnos su historia y por qué tiene un lazo tan especial con estos animales.
-¿Cuándo surge tu amor hacia los caballos?
“Desde niña, siempre he estado en contacto
con caballos y creé un vínculo con ellos, así que verlos que sufren me duele en el alma; por eso decidí rescatarlos, para que pasen el resto de sus días tranquilos, sin maltratos”.
-Antes de Cuacolandia, ¿qué pasaba con los caballos?
“Antes de este santuario no había un lugar que los recibiera y acababan en el rastro. Las autoridades no tenían ningún plan de rescate, pero a raíz de de este proyecto, eso cambió”.
-¿Qué cambió?
“Hoy si denuncias que hay una persona que los tiene para cargar basura, los decomisan, y los caballos y burros llegan a Cuacolandia. Si ven carretas jaladas por caballos o burros, no les den ningún peso, ¡mejor denuncien!”.
-¿De dónde han sido rescatados?
“La mayoría de ellos jalaban carretas recolectoras de basura en varios municipios del Edomex, eran caballos carretoneros en Coacalco, Ecatepec, Los Reyes La Paz y Tultitlán; por supuesto, no los cuidaban y tenían lastimado el lomo o las patas; casi todos comían basura y algunos hasta fierros y alambre”.
-Continúa...
“También están aquí 40 caballos que ocupaban en las calandrias para turistas en Acapulco; otros fueron donados por jinetes para que pasen en santa paz el resto de su vida, y otros nos llegan para estar pensionados en este lugar”.
-¿Cuacolandia se inspiró en otro sitio o es único en el mundo?
“Yo veía santuarios para animales de compañía como perros y gatos, así que investigué y me llevé la triste sorpresa de que había cerca de siete mil caballos en el Edomex usados para labores de carga, por lo que decidí abrir el santuario, y sí, Cuacolandia es único en el mundo”.
-¿Qué pasa cuando llegan acá?
“Tenemos veterinario las 24 horas, los siete días de la semana; herrero y odontólogo, y en cuanto llegan se les hace un examen y se diagnostica su estado de salud”.
-Vemos que hay burros y unos puerquitos...
“Tenemos 40 que también los tenían para jalar carretas con basura; nos regalaron un borrego porque era de color negro y unos cerditos que se llaman Ruperto y Petunia. Aquí los cuidamos para que pasen el resto de su vida tranquilos; aquí tienen su hogar”, finalizó.
-¿Cuándo surge tu amor hacia los caballos?
“Desde niña, siempre he estado en contacto
con caballos y creé un vínculo con ellos, así que verlos que sufren me duele en el alma; por eso decidí rescatarlos, para que pasen el resto de sus días tranquilos, sin maltratos”.
-Antes de Cuacolandia, ¿qué pasaba con los caballos?
“Antes de este santuario no había un lugar que los recibiera y acababan en el rastro. Las autoridades no tenían ningún plan de rescate, pero a raíz de de este proyecto, eso cambió”.
-¿Qué cambió?
“Hoy si denuncias que hay una persona que los tiene para cargar basura, los decomisan, y los caballos y burros llegan a Cuacolandia. Si ven carretas jaladas por caballos o burros, no les den ningún peso, ¡mejor denuncien!”.
-¿De dónde han sido rescatados?
“La mayoría de ellos jalaban carretas recolectoras de basura en varios municipios del Edomex, eran caballos carretoneros en Coacalco, Ecatepec, Los Reyes La Paz y Tultitlán; por supuesto, no los cuidaban y tenían lastimado el lomo o las patas; casi todos comían basura y algunos hasta fierros y alambre”.
-Continúa...
“También están aquí 40 caballos que ocupaban en las calandrias para turistas en Acapulco; otros fueron donados por jinetes para que pasen en santa paz el resto de su vida, y otros nos llegan para estar pensionados en este lugar”.
-¿Cuacolandia se inspiró en otro sitio o es único en el mundo?
“Yo veía santuarios para animales de compañía como perros y gatos, así que investigué y me llevé la triste sorpresa de que había cerca de siete mil caballos en el Edomex usados para labores de carga, por lo que decidí abrir el santuario, y sí, Cuacolandia es único en el mundo”.
-¿Qué pasa cuando llegan acá?
“Tenemos veterinario las 24 horas, los siete días de la semana; herrero y odontólogo, y en cuanto llegan se les hace un examen y se diagnostica su estado de salud”.