Las cosas que no sabías de ‘Locura de amor’

En 1988 Beatriz Aguirre hizo el mismo personaje en la primera versión, la primera actriz, entonces de 75 años, volvió a interpretar el papel de ‘Doña Esther, viuda de Sandoval’, que hizo en la primera versión, Dulce desafío, la cual se transmitió en 1988 y que protagonizaron Adela Noriega y Eduardo Yáñez.

Admari López ponía el desorden entre sus compañeros, siempre les llamaban la atención a todos los protagonistas juveniles, pues se la pasaban jugando, platicando y bromeando.

Adriana Nieto y Juan Soler nunca se llevaron bien, Adriana llegó a acusar al actor argentino de llegar a trabajar con aliento alcohólico. Lo que nadie sabía es que su enemistad se dio porque el novio de ella le prohibía besar a Juan. Esto le trajo tantos problemas, que Adriana tuvo que salir del proyecto.

Irán Castillo fue protagonista sólo 2 semanas, debido a la repentina salida de Adriana Nieto, Irán Castillo ingresó al proyecto para suplirla, pero a la gente no le gustó el cambio. Por ello, los productores le recortaron 60 capítulos a la historia e Irán estuvo sólo durante las dos últimas semanas de la novela.

Juan Soler Sufrió un ataque de estrés y cansancio severo, en las escenas finales de la telenovela, el actor fue ingresado a un hospital de emergencia debido a un desmayo; luego de hacerle varios estudios para descartar un infarto, le diagnosticaron un ataque de estrés y cansancio severo.

OV7 ganó premios al cantar el tema de la telenovela, fue el grupo encargado del tema musical ‘Enloquéceme’; esa canción fue la más escuchada en el año 2000, ganando premios 
y reconocimientos en toda Latinoamérica.

Francesca Guillén padecía bulimia y anorexia, en esa época, la actriz presentaba serios problemas de salud, pues manifestó tener bulimia y anorexia, lo que era un problema para la producción, 
pero aun así logró sacar adelante su personaje.

A Laisha Wilkins ¡nadie la soportaba! la actriz llevaba muy mala relación con la mayoría de sus compañeros, tanto, que se alejaba para no tener que convivir con nadie. Así que todos optaron por no incluirla en sus reuniones, pues por su mal humor a nadie le caía bien.