Errores que debes evitar cometer al aplicarte rímel

Aplicar el rímel partiendo del centro de las pestañas ocasiona que éstas se vean más pequeñas de lo que son en realidad. Lo mejor es que distribuyas la máscara comenzando desde la raíz, así tus pestañas lucirán más gruesas y abundantes.

Al aplicar varias capas de rímel, las pestañas lucen con grumos, de un grueso antiestético y pesadas. Lo correcto es utilizar sólo tres capas: la primera que vaya de la raíz a la mitad de las pestañas; la segunda, de la mitad a las puntas; y la tercera que abarque todo el largo.

Además de romper tus pestañas y desprenderlas desde la raíz, al aplicar el rímel antes de enchinarlas también trabajas doble, porque tienes que utilizar más máscara para reemplazar la que eliminó el rizador. Por ello es que siempre debes rizar las pestañas primero.

Entre más “viejito” sea el rímel, mayor probabilidad hay de que pegue tus pestañas y las deje con grumos (recuerda que este cosmético también caduca). La recomendación es que, después de haber aplicado la segunda capa de máscara, utilices un peine especial para separar las hebras.

Llevar el cepillo lleno de rímel a las pestañas es un grave error. Esto sólo hará que tus ojos terminen manchados de producto (y que parezcas mapache). Lo ideal es que, antes de utilizarlo, elimines el exceso de máscara en el pincel limpiándolo sobre el borde del embace.

Después de quitar el rímel con un desmaquillante de tu elección, dale un cariñito a tu rostro, con el suero contorno de ojos de Kuxtal, el cual le dará hidratación, para así prevenir arrugas.